
Como padre o madre, ver a tu hijo con fiebre puede generar miedo y ansiedad. Es completamente entendible: cuando tu pequeño está incómodo, caliente y quizás llorando, lo primero que quieres es saber qué hacer para ayudarlo. Esta guía nace justamente de ese lugar: del deseo de acompañarte con información clara y confiable, para que sepas qué hacer, cuándo preocuparte y cómo cuidar a tu hijo con tranquilidad.
La fiebre en niños es una de las razones más comunes por las que consultamos en urgencias o con el pediatra. Desde nuestra mirada médica, la fiebre no es una enfermedad en sí, sino un síntoma. Es una señal de que el cuerpo está respondiendo, generalmente frente a una infección. Aunque puede ser incómoda, en la mayoría de los casos no es peligrosa y no requiere medidas agresivas.
Nuestro enfoque actual es respetar la fiebre, tratar el malestar y observar atentamente. Recuerda que cada niño es único y siempre es importante consultar con tu especialista ante cualquier duda específica sobre tu pequeño.
¿Qué es la fiebre?
La fiebre es el aumento de la temperatura corporal por sobre lo normal como parte de una respuesta del sistema inmune. Se considera fiebre cuando la temperatura axilar es igual o mayor a 38°C. En niños sanos, es una reacción frecuente ante infecciones y otras condiciones.
Es importante que sepas que existen algunos mitos comunes sobre la fiebre que pueden generar ansiedad innecesaria. Por ejemplo, muchos padres creen que "la fiebre alta es peligrosa", pero no necesariamente es así. La altura de la fiebre no indica la gravedad de la causa que la provoca.
También existe la creencia de que "hay que bajarla siempre", pero la realidad es que solo necesitas hacerlo si hay malestar. Si tu hijo está activo y de buen ánimo, no es urgente ni estrictamente necesario bajarla. Otro mito frecuente es que "las convulsiones febriles son peligrosas". En la mayoría de los casos no dejan secuelas y no implican que el niño vaya a desarrollar una epilepsia.
¿Cuándo se considera fiebre?
Para que tengas claridad sobre los valores, aquí te dejamos las temperaturas que consideramos fiebre según el lugar de medición:
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Axilar: ≥ 38,0°C (la que más recomendamos)
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Oral: ≥ 38,3°C
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Rectal: ≥ 38,5°C (se usa en algunos menores)
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Timpánica o infrarroja: puede variar según el tipo de termómetro
Un punto importante que debes conocer es que la salida de los dientes puede provocar una leve elevación de la temperatura, hasta 37,5°C, pero nunca más que eso. Si tu guagua tiene fiebre alta durante la dentición, es mejor buscar otras causas.
¿Por qué aparece la fiebre?
La fiebre ocurre cuando el cerebro, específicamente el hipotálamo, "recalibra" la temperatura del cuerpo como defensa frente a ciertos agentes, generalmente virus o bacterias. Esta respuesta activa a los glóbulos blancos y dificulta la replicación de estos agentes. Es decir, la fiebre es una herramienta que tiene tu hijo para defenderse.
Las principales causas de fiebre en niños incluyen las infecciones virales, que son las más frecuentes. Estas incluyen resfriados, gripe, virus respiratorios, exantemas y virus gastrointestinales. También pueden ser infecciones bacterianas como otitis, amigdalitis, infecciones urinarias o neumonía.
Las vacunas también pueden provocar fiebre, especialmente en las primeras 24 a 48 horas después de la aplicación. Como mencionamos antes, la dentición puede subir un poco la temperatura, pero no suele causar fiebre alta, generalmente solo febrículas bajo 37,5°C.
Es normal que durante los primeros años de vida tu hijo se enfrente por primera vez a muchos virus. Su sistema inmunológico está "aprendiendo" a defenderse, por lo que es natural que pueda presentar varios episodios febriles. Esto no significa que algo esté mal, sino que es parte de su desarrollo inmunológico.
¿Cómo actuar ante la fiebre?
Cuidados generales en casa
Lo primero que puedes hacer es vestir a tu hijo con ropa liviana y desvestirlo si está muy abrigado. Ofrece líquidos frecuentemente para mantenerlo hidratado. Mantén un ambiente fresco y ventilado en su habitación.
Lo más importante de todo es observar su comportamiento. Esto es más importante que el número en el termómetro. Un niño con 39°C que juega, come y está activo genera menos preocupación que uno con 38°C pero decaído y sin energía.
Cuándo usar antipiréticos
Los medicamentos para bajar la fiebre deben usarse cuando hay malestar general, decaimiento o dolor. No es necesario dar paracetamol o ibuprofeno solo porque el termómetro marca un número alto. Si tu hijo está cómodo y activo, puedes simplemente observarlo.
Evita combinar o alternar medicamentos sin indicación médica. Generalmente se debe usar solo una de las alternativas y tener el segundo solo de rescate. Tu pediatra te indicará las dosis exactas según el peso de tu hijo cuando lo lleves a control.
¿Qué evitar?
Hay algunas cosas que pueden ser contraproducentes y es mejor evitar. No abrigues en exceso a tu hijo pensando que "tiene frío". Tampoco lo bañes con agua fría, ya que esto puede ser muy incómodo. Evita despertarlo solo para tomar la temperatura si está descansando tranquilo. Nunca uses medicamentos "a la fuerza" si tu hijo los rechaza constantemente.
Signos de alarma
Existen señales específicas que indican que necesitas buscar atención médica urgente. Estas incluyen fiebre en guaguas menores de 3 meses, dificultad respiratoria, quejido, o decaimiento extremo. Si tu hijo presenta una convulsión febril por primera vez, también debes acudir a urgencias.
La rigidez de nuca, somnolencia o irritabilidad persistente son signos preocupantes. Los vómitos persistentes o el rechazo absoluto de líquidos también requieren evaluación médica. Si observas puntos morados o rojizos en la piel (llamadas petequias) que no desaparecen al presionar, busca atención inmediata.
¿Cuándo acudir a urgencias?
Debes considerar ir a urgencias si la fiebre persiste por más de 3 días sin causa clara. También si se acompaña de dificultad respiratoria, vómitos repetidos o manchas rojizas en la piel. El decaimiento excesivo aunque baje la temperatura es otra señal de alarma.
Si sientes mucha ansiedad, también es válido consultar. De todas formas, intenta comunicarte primero con tu pediatra antes de acudir a urgencias, si tu hijo no tiene ninguno de los signos de alarma mencionados.
Fiebre por edades
Guaguas menores de 3 meses
Cualquier fiebre en esta edad es motivo de consulta médica inmediata. Su sistema inmune aún está inmaduro y es fundamental descartar infecciones graves. No dudes en consultar aunque sea de madrugada.
De 3 meses a 3 años
En esta etapa, observa el comportamiento de tu hijo. Si está activo, se alimenta y responde bien, se puede manejar en casa. Pero si hay decaimiento sin fiebre o fiebre prolongada, es mejor consultar con tu pediatra.
Mayores de 3 años
Los niños más grandes pueden expresar mejor sus molestias. Se puede observar por 48 a 72 horas si no hay otros síntomas graves. A esta edad, tu hijo puede decirte si le duele algo específico, lo que ayuda mucho en la evaluación.
Medicamentos y fiebre
Paracetamol e ibuprofeno: usos y precauciones
El paracetamol es seguro desde el nacimiento, mientras que el ibuprofeno puede usarse desde los 6 meses en adelante. Siempre debes usar la dosis adecuada según el peso de tu hijo. Tu pediatra te indicará las dosis exactas del jarabe cuando lo lleves a control.
Los intervalos recomendados son paracetamol cada 6-8 horas e ibuprofeno cada 8 horas. Idealmente, no los administres en ayunas para evitar molestias estomacales.
Errores comunes al medicar
Evita dar dosis "al ojo" sin medir correctamente. Usa siempre jeringa dosificadora en lugar de cucharas de cocina. No alternes medicamentos sin control médico. Tampoco los uses sin fiebre ni malestar, como para "prevenir" que se enferme.
Debes saber que el antipirético está siendo exitoso si baja la temperatura 1 grado por hora. Es decir, si tu hijo tiene 39,5°C a las 19 hrs cuando le das el medicamento, a las 20 hrs debería estar aproximadamente en 38,5°C. A veces esperamos que se encuentre sin fiebre a la hora, y esa expectativa puede generar ansiedad cuando no ocurre.
Fiebre y convulsiones
¿Qué son las convulsiones febriles?
Son episodios en los que un niño, generalmente entre 6 meses y 5 años, tiene una convulsión durante el primer día de un cuadro febril. Aunque asustan mucho a los padres, suelen ser breves y no dejan secuelas.
¿Cómo actuar si ocurren?
Lo más importante es mantener la calma, aunque sabemos que es muy difícil. Acuesta a tu hijo de lado en una superficie segura. No introduzcas nada en su boca. Observa la duración y movimientos; intenta poner el cronómetro del celular, porque aunque sientes que es una eternidad, la mayoría duran menos de 1 minuto.
Consulta en urgencias, especialmente si es la primera vez que ocurre. El equipo médico evaluará a tu hijo y te dará indicaciones específicas.
Cuidados prácticos en casa
Hidratación, alimentación y descanso
Ofrece líquidos constantemente: agua, leche, jugos naturales según su edad. No obligues a tu hijo a comer si no tiene apetito; es normal que cuando está enfermo no quiera comer. A veces hay que ser flexible y tolerar que quizás solo tome leche o quiera solo yogurt. Ya tendrás días sanos para alimentarlo adecuadamente.
Fomenta el descanso sin forzarlo a estar acostado si se siente activo. Si quiere jugar un poco, déjalo. Su cuerpo le dirá cuándo necesita descansar.
Termómetros: tipos y uso correcto
El termómetro digital axilar es el más recomendado en Chile. Ponlo en la axila unos 20-30 segundos antes de encenderlo, luego préndelo y espera a que suene. Los termómetros infrarrojos de frente son prácticos, pero pueden ser imprecisos. Los timpánicos son útiles, pero requieren técnica adecuada. Los de mercurio ahora están prohibidos.
Preguntas frecuentes de los padres
¿Le pongo compresas?
Solo si está incómodo. Es mejor usar paños tibios, no fríos. No uses alcohol ni hielo, ya que pueden ser contraproducentes.
¿Puede ir al jardín o al colegio?
Si tiene fiebre, no debe asistir. Además de su recuperación, es importante no contagiar a otros niños. Debe completar al menos 24 horas sin fiebre antes de enviarlo de vuelta al jardín o colegio.
¿Y si no le baja la fiebre?
Si persiste tras el antipirético, pero tu hijo está bien, puedes seguir observando. Pero si hay decaimiento o fiebre prolongada, es mejor consultar con tu pediatra.
Recomendaciones finales
Cómo mantener la calma
La fiebre es parte del crecimiento y muchas veces es una oportunidad para observar, cuidar y acompañar a tu hijo. Saber cómo actuar disminuye la ansiedad. Debes entender que tu hijo se está enfrentando por primera vez a muchos virus, entonces es normal que salga de un cuadro y entre en otro.
Su sistema inmunológico está "aprendiendo" a defenderse. Siempre comenta con tu pediatra los cuadros que presenta, para que te guíe y evalúe si es normal o no la frecuencia de sus infecciones.
Cuándo confiar en el instinto parental
Si algo no te parece normal, si ves a tu hijo "distinto", si sientes que algo no está bien, aunque no haya síntomas claros: confía en tu instinto y consulta. Conoces a tu hijo mejor que nadie. Siempre trata de ver más allá del miedo. Si no te tranquiliza lo que observas, es mejor consultar.
Conclusiones sobre la fiebre en niños
La fiebre en niños es una respuesta natural del cuerpo que, aunque puede generar preocupación, en la mayoría de los casos no representa un peligro. Como padres, es fundamental entender que la fiebre es una herramienta de defensa del organismo y que nuestro rol es acompañar y brindar confort a nuestros hijos durante estos episodios.
Observar el comportamiento general de tu hijo es más valioso que cualquier número en el termómetro. Un pequeño activo, que juega y se alimenta; incluso con fiebre, te dará más tranquilidad que las cifras exactas de temperatura. Confía en tu instinto parental: nadie conoce mejor a tu hijo que tú.
Recuerda que cada niño es único y puede reaccionar de manera diferente ante la fiebre. Lo más importante es mantener la calma, aplicar las medidas de confort adecuadas y consultar con tu pediatra cuando tengas dudas o cuando observes signos de alarma. Tu especialista está ahí para acompañarte en este proceso y entregarte la orientación específica que tu hijo necesita.
Nota importante: esta información tiene fines educativos y no reemplaza la consulta médica profesional. Ante cualquier duda o preocupación sobre la salud de tu hijo, consulta siempre con tu pediatra.
Bibliografía
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Minsal – Chile Crece Contigo
-
Guías clínicas MINSAL
-
Recomendaciones de la AAP (Academia Americana de Pediatría)
-
“El Niño Enfermo en Casa”, SOCHIPE

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