¿Por qué es clave la estimulación del lenguaje en los primeros años?
El desarrollo del lenguaje es uno de los pilares fundamentales en la infancia temprana. Durante los primeros tres años, el cerebro de tu hijo experimenta su mayor plasticidad neuronal, lo que significa que las conexiones cerebrales relacionadas con el habla y la comunicación se forman con mayor rapidez y eficiencia. Este período representa una ventana única para potenciar habilidades que acompañarán a tu hijo durante toda su vida.
La estimulación del lenguaje no se trata solo de que tu hijo pronuncie sus primeras palabras. Va mucho más allá: implica desarrollar su capacidad para comprender, expresar emociones y relacionarse con su entorno. Cada conversación, cada canción y cada cuento que compartes con él fortalece estas habilidades de manera natural y progresiva.
En este artículo encontrarás información clara sobre cómo puedes acompañar a tu hijo en este proceso. Conocerás las etapas del desarrollo lingüístico, las estrategias más efectivas según su edad y la importancia de la expresión oral como herramienta de aprendizaje y conexión emocional.
¿Qué es la estimulación del lenguaje y por qué importa?
La estimulación del lenguaje es el conjunto de acciones y experiencias que facilitan el desarrollo de las habilidades comunicativas en tu hijo. Incluye desde la exposición al habla cotidiana hasta actividades específicas que fomentan la comprensión y producción de palabras.
Este proceso comienza desde el nacimiento. Aunque tu guagua no hable todavía, está procesando cada sonido, tono y palabra que escucha. Los estudios muestran que los niños expuestos a un entorno rico en lenguaje durante sus primeros años desarrollan un vocabulario más amplio y presentan mejores habilidades de lectoescritura en etapas posteriores. Según el Ministerio de Educación de Chile, la estimulación temprana del lenguaje se asocia directamente con un mejor desempeño académico y social.
No se trata de presionar a tu hijo ni de convertir cada momento en una clase formal. La estimulación más efectiva ocurre en la vida diaria: al conversar durante la comida, al narrar lo que están haciendo juntos o al cantarle antes de dormir. Estas interacciones cotidianas construyen las bases de su comunicación futura.
La falta de estimulación adecuada puede generar retrasos en el habla o dificultades para expresarse. Por eso es importante que desde temprano ofrezcas oportunidades para que tu hijo escuche, comprenda y practique el lenguaje en contextos naturales y afectuosos.

¿Cuál es la importancia de la expresión oral en niños?
La expresión oral es la capacidad de tu hijo para comunicar sus pensamientos, necesidades y emociones a través del habla. Esta habilidad no solo le permite relacionarse con los demás, sino que también es fundamental para su desarrollo cognitivo y emocional.
Cuando tu hijo aprende a expresarse, gana autonomía. Puede pedir lo que necesita, manifestar incomodidad o alegría, y participar activamente en su familia y comunidad. La expresión oral también está vinculada con la capacidad de resolver problemas, ya que el lenguaje permite organizar el pensamiento y planificar acciones.
Además, la expresión oral fortalece la autoestima. Un niño que puede hacerse entender siente confianza en sí mismo y en sus capacidades. Por el contrario, las dificultades para expresarse pueden generar frustración, aislamiento o comportamientos inadecuados como reacción a no ser comprendido.
En el contexto escolar, la expresión oral será clave para participar en clases, relacionarse con compañeros y acceder al aprendizaje de manera efectiva. Los niños con buenas habilidades comunicativas muestran mayor facilidad para adaptarse a nuevos ambientes y enfrentar desafíos sociales.
¿Cómo se desarrolla el lenguaje en los primeros tres años?
El desarrollo del lenguaje sigue etapas predecibles, aunque cada guagua tiene su propio ritmo. Conocer estas fases te ayudará a identificar qué es esperable en cada momento y cuándo podría ser necesario buscar apoyo profesional.
Durante los primeros seis meses, tu guagua se comunica principalmente a través del llanto y los balbuceos. Aunque no hable todavía, está aprendiendo los patrones sonoros de su lengua materna. Responde a tu voz, gira su cabeza hacia los sonidos y comienza a emitir vocalizaciones como "aaa" o "ooo".
Entre los 6 y 12 meses aparece el balbuceo más complejo, con combinaciones como "mamama" o "papapa". Aunque aún no asocia estos sonidos con personas específicas, está practicando los movimientos necesarios para hablar. También comprende palabras simples como su nombre o "no".
Desde el año hasta los dos años, la mayoría de los niños pronuncian sus primeras palabras con intención comunicativa. El vocabulario crece rápidamente y comienzan a unir dos palabras para formar frases básicas como "más agua" o "mamá upa". A los tres años, muchos niños ya construyen oraciones completas, hacen preguntas y mantienen conversaciones breves.

¿Qué estrategias favorecen la estimulación del lenguaje?
Existen múltiples formas de estimular el lenguaje en tu hijo sin necesidad de recursos especializados. Lo más importante es la constancia y la intención de estar presente en sus interacciones cotidianas.
Hablarle desde que nace es fundamental. Narra lo que estás haciendo: "ahora voy a cambiar tu pañal", "vamos a preparar el almuerzo". Aunque no te responda, está procesando tu tono, ritmo y palabras. Esta técnica, conocida como "habla paralela", refuerza la conexión entre lenguaje y acción.
La lectura compartida es una de las herramientas más poderosas. Lee cuentos adaptados a su edad, señala las imágenes y haz preguntas sencillas como "¿dónde está el perro?". No es necesario terminar el libro completo; lo importante es que disfruten juntos. Según investigaciones chilenas, los niños expuestos a la lectura temprana desarrollan mejor comprensión lectora en la etapa escolar.
Cantar también estimula el lenguaje. Las canciones infantiles tienen ritmo y repetición, lo que facilita la memorización de palabras nuevas. Además, son un momento de conexión emocional entre tú y tu hijo.
Evita el exceso de pantallas. Aunque algunos contenidos educativos pueden ser útiles, la interacción cara a cara es insustituible. Tu hijo necesita ver tus gestos, escuchar tu entonación y recibir retroalimentación inmediata cuando intenta comunicarse.

¿Cuándo es necesario consultar con un especialista?
No todos los niños desarrollan el lenguaje al mismo ritmo. Sin embargo, existen algunas señales de alerta que indican la necesidad de evaluar con un profesional, como un fonoaudiólogo.
Señales de alerta por edad
Consulta con un fonoaudiólogo si tu hijo presenta alguna de estas señales:
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A los 12 meses: No balbucea, no responde a su nombre, no hace contacto visual ni gestos comunicativos como señalar o decir adiós con la mano
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A los 18 meses: No dice al menos 6-10 palabras, no señala objetos que le interesan, no intenta imitar palabras o sonidos
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A los 24 meses: No combina dos palabras, usa menos de 50 palabras, no sigue instrucciones simples como "trae la pelota"
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A los 36 meses: No construye oraciones de al menos 3 palabras, no se le entiende la mayoría de lo que dice, pierde habilidades lingüísticas que ya había adquirido
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A cualquier edad: Muestra frustración constante al intentar comunicarse, presenta retroceso en habilidades ya desarrolladas, tiene problemas auditivos evidentes
También debes prestar atención si tu hijo pierde habilidades que ya había adquirido. Por ejemplo, si dejó de decir palabras que antes usaba, o si presenta frustración constante al intentar comunicarse. Estos signos pueden indicar problemas auditivos, trastornos del lenguaje o condiciones del desarrollo.
Recuerda que cada guagua tiene su ritmo, pero la intervención temprana siempre mejora los resultados. No esperes a que "se le pase solo". Un profesional puede orientarte sobre ejercicios específicos o terapias que potencien el desarrollo de tu hijo.
Este artículo tiene fines informativos y no reemplaza la consulta con un especialista. Ante cualquier duda sobre el desarrollo del lenguaje de tu hijo, consulta con tu médico o un fonoaudiólogo.
El lenguaje como puente hacia el futuro
La estimulación del lenguaje y el desarrollo de la expresión oral en niños son procesos que requieren presencia, paciencia y afecto. No se trata de acelerar etapas ni de comparar a tu hijo con otros. Se trata de ofrecerle un entorno rico en palabras, escucha activa y oportunidades para expresarse.
Cada conversación, cada cuento y cada canción que compartes con tu hijo construye las bases de su comunicación futura. Estas experiencias no solo le enseñan palabras: le muestran que sus ideas importan, que puede hacerse entender y que el lenguaje es una herramienta poderosa para conectar con el mundo.
Confía en el proceso y celebra cada avance, por pequeño que parezca. Tu acompañamiento consciente y amoroso es el mejor regalo que puedes darle en esta etapa fundamental de su vida.
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