Los primeros días y semanas en la vida de tu guagua son cruciales para su desarrollo y bienestar. Como padre primerizo, puede ser abrumador navegar por la gran cantidad de información disponible sobre los cuidados del recién nacido. En este artículo, cubriremos las áreas clave que debes conocer para brindarle a tu pequeño el mejor comienzo posible.
La alimentación es uno de los aspectos más importantes en el cuidado de tu guagua. La leche materna es el alimento ideal, ya que proporciona todos los nutrientes necesarios y fortalece el sistema inmunológico del recién nacido.
Algunos beneficios de la lactancia materna incluyen:
Fácil digestión y absorción de nutrientes.
Protección contra infecciones y alergias.
Fomento del vínculo emocional entre madre y guagua.
Para tener éxito con la lactancia, es fundamental aprender técnicas adecuadas. Hay muchas maneras de hacerlo, y tanto si amamantas tu guagua o le das mamadera, asegúrate de que esté cómoda y cerca de ti. En el caso del amamantamiento observa que tenga un buen agarre. Consulta con una matrona especialista en lactancia materna para recibir más información de técnicas especiales.
En algunos casos, puede ser necesario suplementar con fórmula infantil. Consulta con tu pediatra para determinar si es apropiado y cómo introducirla de manera segura. Sigue cuidadosamente las instrucciones de preparación y almacenamiento para evitar contaminación.
Es normal encontrar algunos desafíos en la alimentación. Por ejemplo, es común que los recién nacidos regurgiten pequeñas cantidades de leche debido a la inmadurez de un músculo llamado cardias.
Crear un entorno seguro para dormir es esencial para reducir el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Mantén la habitación a una temperatura cómoda, alrededor de 18-20°C. Usa un colchón firme con las sábanas bajeras bien ajustadas y evita poner almohadas, peluches o mantas sueltas en la cuna. La cama debe estar despejada para que la guagua duerma tranquilamente.
Se recomienda acostar a tu guagua boca arriba para dormir. Según Gonzalo Oñoro, pediatra y autor experto en la materia, “si un niño ya sabe darse la vuelta solo, tiene los mecanismos neurológicos necesarios para protegerse contra la muerte súbita del lactante” (Mi bebé y yo, 2023), a pesar de lo cual esta posición ha demostrado disminuir significativamente el riesgo de SMSL.
En caso de tapar a tu guagua con la ropa de cama, hazlo siempre bajo las axilas, dejando los brazos libres, para evitar que se cubra la cara accidentalmente.
Los recién nacidos tienen ciclos de sueño cortos, generalmente de 2-4 horas. Es normal que se despierten varias veces en la noche para alimentarse. Con el tiempo, irán consolidando sus patrones de sueño y teniendo períodos más largos de descanso nocturno.
Los recién nacidos pueden requerir hasta 10-12 cambios de pañal por día. Revisa frecuentemente y cambia los pañales sucios o mojados de inmediato para prevenir irritaciones. Si notas enrojecimiento o sarpullido, aplica una crema protectora y deja tiempo sin pañal para que la piel se ventile. Consulta con el pediatra de tu guagua cuál es la crema indicada para tu caso, ya que muchos especialistas recomiendan limpiar a los recién nacidos solo con agua tibia y algodón.
Al elegir productos para el cuidado de la delicada piel de tu guagua, opta por aquellos específicamente formulados para guaguas. Evita ingredientes potencialmente irritantes como fragancias o colorantes.
El baño puede ser una experiencia relajante y de conexión con tu guagua. No es necesario bañar al recién nacido diariamente. También es válido limpiar las zonas más sucias con una toalla húmeda sin alcohol.
El cordón umbilical se secará y caerá por sí solo dentro de 1-2 semanas después del nacimiento. Hasta entonces, mantenlo limpio y seco. Dobla el pañal bajo el cordón y límpialo suavemente con un paño, algodón o hisopo humedecido si se ensucia.
El pediatra Gonzalo Oñoro resalta que “la mejor forma de cuidar el cordón es mantenerlo limpio y seco; no pasa nada si se deja al aire, especialmente en varones, doblando el pañal para evitar que el pis lo moje” (Mi bebé y yo, 2023).
Observa si hay signos de infección como enrojecimiento extenso, mal olor o supuración. Si aparecen, consulta de inmediato con tu pediatra.
Las visitas regulares al pediatra son importantes para monitorear el crecimiento y desarrollo de tu guagua. En los primeros meses, se recomiendan controles frecuentes para evaluar ganancia de peso, hitos del desarrollo y estado general de salud.
Las vacunas son una herramienta fundamental para proteger a tu guagua de enfermedades potencialmente graves. En Chile, el Programa Nacional de Inmunizaciones proporciona vacunas gratuitas y obligatorias según un calendario establecido. Asegúrate de cumplir con las dosis y fechas indicadas por tu pediatra.
Aprende a reconocer signos de alarma que requieran atención médica inmediata, como fiebre alta, dificultad para respirar, somnolencia excesiva o rechazo de alimentación. Ante cualquier duda, siempre es mejor consultar.
Los recién nacidos aprenden y se desarrollan a través de la interacción con sus cuidadores. El contacto piel con piel no solo calma y regula a tu guagua, sino que también fortalece el vínculo emocional. Toma tiempo cada día para abrazarlo, mirarlo a los ojos y hablarle suavemente.
A esta edad, los juguetes más apropiados son aquellos que estimulan la visión y audición, como móviles de alto contraste o sonajeros suaves. Proporciona objetos seguros para que explore con sus manos y boca, siempre bajo supervisión.
Desde el primer mes, ofrece tiempo de juego boca abajo mientras está despierto. Esto fortalece los músculos de cuello y espalda, sentando las bases para futuros hitos motores. Inicialmente serán períodos cortos, pero gradualmente tolerará más tiempo en esta posición.
Convertirse en padre y madre es una transición significativa que conlleva muchos desafíos emocionales. La privación de sueño y adaptación a las demandas de un recién nacido pueden ser abrumadoras. Es crucial cuidar de tu propio bienestar para poder estar presente y disponible para tu guagua.
Aprovecha los momentos en que tu guagua duerme para descansar tú también. Acepta la ayuda de familiares y amigos para tareas domésticas o cuidado del recién nacido, permitiéndote pausas para recargar energías.
La tristeza o ansiedad posparto son comunes y no deben ser motivo de vergüenza. Si estos sentimientos persisten o interfieren con tu capacidad de disfrutar la maternidad y paternidad, busca apoyo. Habla con tu pareja, médico o un consejero especializado. Recuerda que cuidarte a ti mismo también es cuidar a tu guagua.
Cuidar a un recién nacido es tanto un desafío como un privilegio. Aunque a veces pueda sentirse abrumador, recuerda que tu guagua solo necesita tu amor incondicional. Infórmate, confía en tus instintos y no dudes en pedir orientación cuando la necesites.
Cada guagua es única y puede tener necesidades individuales. Sé paciente contigo mismo mientras descubres qué funciona mejor para tu pequeño. Con dedicación y cariño, aprenderán y crecerán juntos en esta extraordinaria aventura de ser padres. Y recuerda siempre consultar a tu pediatra ante cualquier duda.