El calor del verano puede convertirse en un verdadero desafío a la hora de dormir, especialmente cuando tienes una guagua en casa. Las altas temperaturas dificultan el descanso tanto de los pequeños como de sus padres, y es normal preguntarse cómo mantener a tu hijo cómodo y seguro durante las noches más calurosas.
Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo de tu guagua, y el sueño juega un papel fundamental en este proceso. Durante el verano; con temperaturas que en Santiago y en otras ciudades del país, pueden superar los 30 grados, crear un ambiente adecuado para el descanso se vuelve prioritario.
En este artículo encontrarás recomendaciones prácticas basadas en evidencia para ayudar a tu hijo a dormir mejor durante los meses de calor, manteniendo siempre la seguridad como prioridad. La temperatura ideal está entre 18-22°C, tu guagua debe usar ropa ligera de algodón (una capa menos que tú), dormir siempre boca arriba sin mantas sueltas, y mantenerse bien hidratada con tomas frecuentes. Estas medidas reducen el riesgo de sobrecalentamiento y síndrome de muerte súbita del lactante mientras garantizan su comodidad.
La temperatura óptima para el sueño de tu guagua debe estar entre 18°C y 22°C, independiente de la estación del año. Este rango permite que tu hijo regule su temperatura corporal de manera adecuada y reduce el riesgo de sobrecalentamiento.
Durante el verano en Chile, especialmente en la zona central, mantener esta temperatura puede ser complicado. Las guaguas menores de un año tienen dificultades para regular su temperatura corporal por sí mismas. Por esto, necesitas crear las condiciones apropiadas en su dormitorio.
El sobrecalentamiento en guaguas se ha asociado con el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). La temperatura ambiente ideal ayuda a prevenir este riesgo y otros problemas de salud. Puedes usar un termómetro ambiental en la pieza de tu hijo para verificar que se mantenga en el rango recomendado.
Si la temperatura exterior hace imposible alcanzar estos valores, enfócate en mantener la habitación lo más fresca posible. Ventila temprano en la mañana cuando el aire aún está fresco y cierra ventanas durante las horas de mayor calor. Bajar las persianas o usar cortinas gruesas también ayuda a bloquear el sol directo.
Tu guagua debe usar prendas ligeras de algodón que permitan la transpiración. En días muy calurosos, un body de manga corta puede ser suficiente.
El algodón es el material más recomendado porque absorbe la humedad y permite que la piel respire. Evita tejidos sintéticos que retienen el calor y pueden causar irritación. La ropa debe quedarle cómoda, sin elásticos apretados que marquen la piel.
Una buena regla general es vestir a tu guagua con una capa menos que tú. Si tú duermes con pijama liviano, tu hijo puede usar solo un body. Si la temperatura está sobre los 24 grados, incluso puedes dejarlo solo con pañal y body sin mangas.
Revisa regularmente cómo se siente tu pequeño tocando su nuca o espalda. Si está sudando o su piel se siente caliente, quítale una capa de ropa. Las manos y pies suelen estar más fríos que el resto del cuerpo, así que no te guíes solo por las extremidades.
Ventila la habitación durante las primeras horas del día y mantén las ventanas cerradas con cortinas oscuras en las horas de mayor calor. Estas medidas simples pueden bajar la temperatura varios grados.
Si tienes aire acondicionado, enciéndelo antes de que tu guagua entre a la habitación para que se aclimate gradualmente. No dejes que el aire le dé directamente y apágalo o ponlo en modo nocturno una vez que el ambiente esté fresco. Mantenerlo encendido toda la noche puede resecar las vías respiratorias de tu hijo.
Los ventiladores son útiles siempre que no apunten directamente a tu guagua. Colócalos de manera que muevan el aire en la habitación sin crear corrientes directas. Un ventilador de techo a velocidad baja puede ser una buena opción. Si solo tienes ventilador de pie o mesa, direcciónalo hacia una pared para que el aire circule indirectamente.
Otra estrategia efectiva es poner un recipiente con agua cerca de una ventana abierta durante la noche. La evaporación ayuda a bajar la temperatura y añade humedad al ambiente. También puedes usar paños húmedos sobre las ventanas para refrescar el aire que entra.
En temperaturas altas, evita las mantas y opta por sacos de dormir livianos con índice TOG 0.5 o 1.0. Estos mantienen a tu guagua segura sin riesgo de sobrecalentamiento.
Las mantas sueltas en la cuna representan un riesgo de asfixia y no se recomiendan para menores de un año según las directrices de la American Academy of Pediatrics. Los sacos de dormir son la alternativa más segura porque tu hijo no puede taparse la cara con ellos y permiten libertad de movimiento.
El índice TOG mide el nivel de aislamiento térmico de una prenda. Un TOG 0.5 es ideal para temperaturas sobre 24 grados, mientras que un TOG 1.0 funciona bien entre 21 y 24 grados. Estos sacos suelen estar hechos de algodón o muselina, materiales frescos y transpirables.
Si la noche es extremadamente calurosa, puedes prescindir del saco y dejar a tu guagua solo con su pijama o body. Lo importante es verificar regularmente que no esté sudando ni demasiado acalorado. Recuerda que la cuna debe estar libre de almohadas, peluches y otros objetos que puedan aumentar la temperatura o representar un riesgo.
Si tu guagua es menor de seis meses y toma solo leche materna o fórmula, aumenta la frecuencia de las tomas. La leche es su única fuente de hidratación.
Durante los días calurosos, las guaguas pueden necesitar ser amamantadas con más frecuencia. No es necesario despertarlas para darles de comer si duermen tranquilas, ya que despertarán por sí mismas cuando tengan sed o hambre. La leche materna, además de nutrir, proporciona la hidratación que tu hijo necesita.
Para mayores de seis meses que ya consumen agua, ofrécela regularmente durante el día y deja un vaso o mamadera cerca si tu pequeño ya puede beber por sí mismo. No fuerces el consumo, pero manténla siempre disponible. El agua debe estar a temperatura ambiente, nunca helada.
Observa las señales de deshidratación como menos pañales mojados de lo habitual, boca seca, llanto sin lágrimas o piel que no vuelve a su posición normal al pellizcarla suavemente. Si notas alguno de estos signos, consulta inmediatamente con su pediatra. Una buena hidratación durante el día facilita un mejor descanso nocturno.
Tu guagua debe dormir siempre boca arriba sobre un colchón firme, sin importar la temperatura. Esta posición reduce significativamente el riesgo de muerte súbita según el MINSAL.
Mantén la cuna libre de objetos innecesarios. No uses almohadas, protectores acolchados, peluches o juguetes. Estos elementos no solo aumentan la temperatura, sino que representan un riesgo de asfixia. Una sábana ajustable sobre el colchón y tu guagua con su ropa apropiada es todo lo que necesitas.
La cuna debe estar en tu habitación durante el primer año de vida, pero en su propio espacio para dormir. El colecho en la misma cama aumenta el riesgo de accidentes, especialmente cuando hace calor y todos duermen más inquietos. Tener a tu hijo cerca te permite atenderlo rápidamente sin comprometer su seguridad.
No pongas gorro a tu guagua para dormir. La cabeza es una zona importante para la regulación térmica y debe estar descubierta. Tampoco la sobre abrigues pensando que podría enfriarse con el ventilador o aire acondicionado. Es mejor un ambiente fresco con ropa ligera que un ambiente caliente con más abrigo.
Cuidar el sueño de tu guagua durante el verano requiere atención a varios detalles, pero las medidas son simples y efectivas. Una temperatura ambiente adecuada, ropa ligera de algodón, buena ventilación e hidratación suficiente son los pilares para garantizar noches más tranquilas.
Recuerda que cada niño es diferente y puede tener necesidades particulares. Observa las señales que te da tu hijo y ajusta las condiciones según lo requiera. La paciencia es fundamental durante esta época, ya que tanto tú como tu pequeño están adaptándose al calor.
Este artículo tiene fines informativos y no reemplaza la consulta con un especialista. Ante cualquier duda sobre el sueño o la salud de tu hijo, consulta con su pediatra.
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